sábado, 7 de mayo de 2011

Hermano mayor

Él era rubio, un corte un tanto ochentoso que le sentaba bien. Pulóver con rombos, camisa asomando, y pantalón color caqui completaban el conjunto para hacerlo todo un hombre. Sus ojos, a pesar de no querer demostrarlo, parecían cansados, un poco perdidos; pero le sonreía a ella, a su lado, con la criatura en brazos.

Subieron al colectivo, y él, diligente, sostuvo el carro del bebé, mientras ella hacía algunas peripecias para poder pasar la tarjeta. Muy caballero, la dejó sentarse, y se quedó a su lado. Miró para un costado, miró para otro, y volvió a posar en ella sus ojos, aún cansados. Como si no debiera estar en ese lugar, como si su corta edad y su pequeña espalda no le alcanzaran para cargar lo que cargaba.

Su madre, con la criatura en brazos, entonces, le sonríe y le dice algo lindo, que sólo ellos pueden oir. Él le devuelve la sonrisa, sincera esta vez, y vuelve a parecer un niño.

2 comentarios:

  1. El adulto es un niño en un envase más grande.

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  2. Hermosa foto. Situación retratada con sutil perfección. Hace un tiempo un texto mío (Irremediable) rezaba "Me siento un adulto en el cuerpo de un adolescente, pero con un niño vulnerable por dentro.", algo que encierra lo que dice Darío - comment anterior -. Siempre un placer leerte.

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"Encuentro entre personas y por tanto, de subjetividades, las que se exploran, se invitan al diálogo -espacio de encuentro-y al final se pronuncian creándose mutuamente y así creando mundos completamente renovados". Ayudame con tu subjetividad a crear un mundo nuevo vos también (: