Historias en Plural

-Sí, señora. Estoy caminando sola por la calle, de noche, y estoy puteando.
-No, no me da miedo andar caminando sola de noche por calles oscuras. Actúo como hombrecito la mayor parte del tiempo.
-No, no puteo por el frio señora, aunque también me molesta y acrecienta mi mal humor. No, no, esta llovizna que me está pegando en la cara, que me infla el pelo, que mañana me va a dar anginas tampoco es la causa de mis insultos. Sucede que odio las decisiones, y me obligan a decidir cosas importantes. Apenas puedo decidir qué ponerme a la mañana antes de salir a trabajar, ¿Cómo puedo hacer para decidir entre "facultad o militancia"? ¿Cómo puedo decidir entre periodismo y política? Y digame señora, ¿Por qué llego al punto de tener que decidir entre mi familia o mis amigos?
-Ya, ni lo diga. Eso de "no te metas" lo escuché mil veces. Pero abra los ojos, mujer ! Estamos ante el proceso de transformación nacional, ¿¡Cómo no nos vamos a meter!? ¿¡Cómo no vamos a luchar!?. No, apartarme no es opción. No puede ser opción que los jóvenes dejemos de participar, volvamos a la desidia de antes...
-Sí, ya sé, si sigo así es como estar jugando a dos puntas. Ni me hable de jugar a dos puntas, mejor, porque se me vienen los hombres a la cabeza y es lo último que quiero ahora. ¿Sabe qué pienso? Que si no encuentro el equilibrio pronto,terminaré derrapando... No, señora, no estoy perdida, la juventud no está perdida, entiendalo. Sucede que a veces todo tiene que ser tan blanco o tan negro.. ¿y nadie piensa que puede haber un gris? ¿Nadie piensa en que yo estoy en el medio, que me cuesta decidir, y que están ejerciendo sobre mí más presión de la que puedo soportar tranquila?
-Bueno, tampoco me lo diga así señora. No es mi culp... Bueno, está bien.  Sabe a dónde puede irse con sus sermones? Bueno, vaya entonces. Gracias por escuchar (puta).