jueves, 24 de marzo de 2011

Memoria, Verdad y Justicia

No me gusta caer en lugares comunes, y mucho menos en este espacio, que, después de todo, con sus virtudes y sus defectos, nació con la idea de ser algo distinto. No sé si distinto a otros blogs, sino distinto a lo que yo estoy acostumbrada a hacer o decir. Sobre todo, distinto a lo que estoy acostumbrada a compartir.
Sin embargo, hay situaciones que me interpelan. Fechas, ocasiones, momentos. Sin duda, el 24 de marzo es uno de los que me cala más hondo.

Será en parte herencia familiar, como todo mi peronismo. Saber que soy una bendecida por haber tenido siempre a todos mis familiares conmigo, saber que por muy poco no fue así, saber lo que sufrieron; y todo lo que no sé, porque a los que la pasaron no les resulta fácil hablar de eso: hablar de lo que es estar secuestrado por militares, hablar de lo que es ser torturado durante meses sin saber si había alguna posibilidad de salir de ese infierno o no. Por suerte la hubo, y repito, doy gracias a Dios por eso.

En parte, me interpela porque me puedo sentir identificada con esa juventud gloriosa que dio su vida, que lo dejó todo por seguir sus ideales, por seguir sus sueños. Me puedo sentir identificada porque sé que si hoy hubiera un golpe de esas característica, mi vida estaría en riesgo. Porque sé que si hoy pasara algo como lo que pasó el 24 de marzo de 1976, yo querría estar ahí, peleando con todo el mundo, ayudando a los compañeros, enfrentándome a los poderosos. Por suerte, hoy no corremos tantos riesgos. Como decía una profesora hace unos días, ahora es "fácil" ser militante. Ahora nuestra vida no está en juego, ahora no somos perseguidos y torturados... ¿O sí? 

Uno de los mejores militantes contemporáneos, el que luchó desde abajo, el que estuvo cuando era "difícil" ser militante, y siguió fiel a sus ideales cuando llegó lo más arriba que se puede llegar dejó su vida en el camino. Nos dejó a su esposa, por suerte, una guerrera como pocas, pero él dejó todo. ¿Le fue fácil? Pelear contra los intereses de los más poderosos, plantarse contra Estados Unidos, mandar alca alca alcarajo a Bush, tomarle el pelo a Clarín, enfrentarse con la sociedad rural... ¿Fue fácil? Me pregunto si no habrá sufrido más todos los ataques de estos años que los de la década del 70... ¿De verdad es fácil ser militante ahora? ¿De verdad es fácil plantarse a decir "estoy en contra de lo que está impuesto, estoy en contra de lo que me quieren vender"?

Por estas cosas es que el 24 de marzo de cada año me siento conmovida, me siento tocada, y no puedo dejar de decir algo al respecto. No puedo dejar de pensar en mis papás, en mis tíos, en mis abuelos, en uno de mis más grandes ídolos (Rodolfo Walsh), no puedo dejar de pensar en esa Gloriosa Juventud Peronista que estaba convencida -"Perón Vive". Y como cada año (y este, voy a tener que confesar que más que nunca), no puedo dejar de sentir algo personal cada vez que se habla del tema. Personal no sólo porque siento que me toca de cerca -casi como si lo hubiera vivido yo- por todo lo que sé, por todo lo que me cuentan los que sí la vivieron. También me conmuevo porque sé que "a pesar de las bombas,de los fusilamientos,los compañeros muertos, los desaparecidos... no nos han vencido". Porque estoy convencida que hoy, en este 2011, somos como ellos, somos ellos. Somos la herencia (¿y será demasiado engreído decir "el orgullo"?) de esos 30.000 que no están, de esa juventud que sus aciertos y ¿Por qué no? también con sus errores nos marcaron un camino: y ese camino es el de la lucha. Porque nos demuestran que dar su vida no fue en vano, demuestran que el pueblo cuando quiere puede salir adelante; que a pesar del indulto, la obediencia de vida, el punto final, que a pesar de los nietos que no aparecen -y de los que no quieren aparecer, de los que no quieren colaborar-, a pesar de Jorge Julio López, a pesar de todo, siempre hay una luz de esperanza al final del camino,y que sólo se llega a ella queriendo llegar, y dándolo todo por llegar.

Hoy más que nunca, compañeros (si es que les puedo decir así), no abandonemos la pelea. Queda mucho por hacer, pero lo más importante es tener en claro lo que pasó, para no volver a repetirlo. Lo más importante es tener en claro de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Y cómo queremos llegar. Podemos eliminar a los pobres, o eliminar a la pobreza. Podemos inventar justicia, o podemos hacer justicia. Podemos hablar de peronismo, o podemos ser peronistas -de los de verdad.  Podemos mirar el pasado, o podemos cambiar el futuro. Yo me quedo con lo segundo, chicos.

Que mañana no nos pase el fin de semana largo sin recordar. Me cansé de decir esta frase estos días, pero es la mejor manera de cerrar: Ni olvido, ni perdón.

   



3 comentarios:

  1. Me alegro que así sea. Si te gustó el post, mirá los videos. Imperdible

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  2. A mí también me pareció interesante, más allá de que en estas fechas suelen leerse estas cosas. Me pareció muy copado, aporta algo, eso es bueno. Saludos en estos días.

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"Encuentro entre personas y por tanto, de subjetividades, las que se exploran, se invitan al diálogo -espacio de encuentro-y al final se pronuncian creándose mutuamente y así creando mundos completamente renovados". Ayudame con tu subjetividad a crear un mundo nuevo vos también (: