A veces me dan ganas de escribir sobre la vida, muchas veces sobre el amor, otras tantas de la política. Pero hace algunos días, mientras escuchaba las palabras de los presidentes iberoamericanos en ocasión de la Cumbre, me dieron ganas de escribir sobre Argentina. Sobre Argentina, pero más específicamente, sobre los argentinos. Fácil, eh?
Sucede que tuve una suerte de epifanía durante esos días (siempre me pasa así, creo que mi mente funciona con interruptores. Todas las habitaciones tienen la luz apagada, y de repente, como por arte de magia "plic!", se enciende la luz en una y veo todo su contenido con claridad), y me di cuenta que hay una generación (o más) de argentinos que vive aún con la idiosincrasia de pensar que todo lo nuestro es malo, y todo lo de afuera es bueno. Herencia de gobiernos que han hecho hasta lo imposible porque pensemos así, posiblemente. Lo cierto es que son miles y millones los argentinos que aún hoy piensan que afuera se vive bien, que hay que hay que irse de este país, que nunca va a cambiar nada y vamos a ser siempre el último orjeón del tarro.
Algo está cambiando, sin embargo, y quizá así como yo tuve la "iluminación", muchos más la tengan. Argentina, como América Latina en general, ya no es ese lugar del mundo del que hay que escapar. Está creciendo, es cada vez un lugar mejor. Miro a Europa, con sus crisis capitalistas, con la gente llorando como nosotros en el 2001, veo a Estados Unidos con más de 40 millones de pobres (el índice más grande de su historia), escucho a una señora española que comparte azarosamente un rato conmigo diciéndome "qué bien que está Argentina, qué bien logró salir adelante, qué lindo que es estar acá!", y pienso.. "¡Qué orgullo ser argentina!"
También pienso que hay muchísimo por hacer, que es mucho lo que falta para poder decir que "estamos bien", y lo más emocionante de todo (esto sí verdaderamente me motiva), es que somos nosotros, yo, vos, tu vecino, tu "compa" de facu, tu "compa" (y leáse el doble sentido de la palabra) del laburo, todos nosotros los que debemos transformarlo. ¿Para qué irse? ¿Con qué excusa ser egoísta y abandonar todos los sueños de una Patria por un par de euros? Si podemos quedarnos y transformar, si está demostrado que la transformación es posible.
Será que hoy tengo un día particularmente revolucionario, o será que las cosas que están pasando en el país, en América Latina y en el mundo me motivan, me dan fuerza para luchar, me dan motivos para hacer todo mi esfuerzo por modificar las realidades que me molestan y apostar a la realidad que quiero para mi país, para el futuro que quiero.
Creo que me fui un poco de tema, pasé de analista de realidad a revolucionaria sin causa. Como suele suceder, no? Primero descubrís la realidad, del análisis encontrás las cosas que querés cambiar, de encontrar las cosas q deben ser cambiadas sacás la fuerza y las ganas de transformar.
Como la vida misma, así de sencillo, y así de complicado. Tan pero tan apasionante.
"Podrás llevarte todas las flores, pero nunca podrás llevarte la primavera..." Ernesto "Che" Guevara
Hermoso. Me encanta como pensás.
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